Aumenta tu energía sabiendo el tipo de persona que eres y aprendiendo lo que es comer sano eligiendo lo correcto cada día sin obsesiones ni básculas. Así puedes cuidar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.
Tú puedes tener poca energía, mucha energía, una energía de tensión, irascibilidad o una energía de paz interior, tranquilidad. Esto te lo da principalmente una alimentación sana.
Hablamos de tu energía del cuerpo físico.
La energía es un concepto antiquísimo que se ha manejado en todas las culturas a lo largo de los siglos como por ejemplo el Prana en la India o Qi o Chi en China. Ellos engloban en este concepto, la energía espiritual.
El prana es como llaman en la India, la energía sutil que entra en nosotros a través del centro solar a través del aire. El Qi o Chi de China es la energía vital, el aire que fluye a través de nuestros meridianos y que nos mantiene sanos física, mental y espiritualmente.
Tú conformas la energía que emanas cuando eliges un tipo de alimentación determinada, eliges con quien te reúnes a charlar, eliges qué hablar y con qué intención, eliges ver lo positivo en vez de lo negativo, eliges la naturaleza en vez de la contaminación de la ciudad, eliges meditar en vez de ver un programa de cotilleo en la televisión, eliges un menú saludable en vez de procesado, te eliges tú por encima de los demás, eliges cada día lo que te hace feliz en vez de ir a ese trabajo que ya no te llena, que te estresa, donde tu jefe te grita y te reprimes el contestarlo.
Recibes energía absolutamente de todo, incluidos los planetas que te rigen (si te gusta la astrología), sus tránsitos, las lunas llenas, nuevas…el sol de cada mañana.
Si tu cuerpo está en desequilibrio, te encuentras nervioso, quizá tengas dolores, tu mente se dispersa, te cuesta concentrarte, no duermes, etc, entonces, te será más difícil tomar las decisiones correctas en tu vida. Equilibrio es salud y la salud te lleva a la vida que quieres.
La primera herramienta para conseguir esa serenidad, esa paz interior, sentir que tu cuerpo no va a mil revoluciones por minuto, es la alimentación.
Pero no cualquier alimentación, si no la alimentación macrobiótica.
La Macrobiótica es un estilo de vida que se centra en equilibrar a la persona a través de un todo, viendo el entorno en el que vives, tus relaciones, tu actividad física y especialmente tu alimentación.
Lo que comes, es tu primera fuente de energía. No solamente energía física para ser funcionales, poder levantarnos de la cama, trabajar, jugar con los hijos o salir a bailar. También es necesario que esa energía no esté alterada, que sientas tu cuerpo y mente relajados y sin estrés.
En la Macrobiótica, dividimos la energía en yin (expansiva, relajante, dulce, frío, arriba, etc) y en yang (contractiva, tensa, salada, caliente, abajo, etc). Si la alimentación es muy procesada y con mucha cantidad de comida de origen animal como la carne, los huevos, la leche, los yogures, el queso, la miel, etc., tu organismo se desequilibra.
¿En qué lo notas? Estás muy nervioso, te irritas por cualquier cosa, eres más propenso al estrés, no duermes, te vuelves más desconfiado y más cerrado al mundo. También puedes empezar a sentir síntomas físicos como indigestión, problemas de piel, pulmón o cualquier otro problema de salud que sea tu punto más débil.
La hormona del estrés:
Cuando te estresas, la hormona del cortisol se dispara y entonces buscas soluciones para equilibrarlo, algo que nos relaje. Si buscas una solución saludable, podrias hacer unas respiraciones profundas, meditar, salir a pasear, charlar con un amigo, darte un baño con música que te relaje, tomar un puré de verduras dulces si es la hora de comer, tomar fruta o hacerte una infusión.
Generalmente no eres tan saludable cuando tienes la energía desequilibrada y te dejas llevar por la impulsividad. No quieres darte un momento para pensar qué estas sintiendo, quieres algo rápido que te alivie ya. Entonces buscas un pastel, chocolate, un helado…algo dulce en definitiva y que lo podamos conseguir inmediatamente. Eso te conduce a comprar algo procesado lleno de azúcar, lo que te desequilibra aún más y entras en un círculo vicioso de estrés, nerviosismo, frustración y muchas veces, un estado de ánimo bajo o incluso depresión.
Pero y qué pasa con ese chute de azúcar? Que después tendrás ganas de algo salado como un hamburguesa o unos fideos chinos bien cargados de salsa de soja para compensar el pastel que te has comido antes.
¿Ves lo que pasa? Tu cuerpo busca el equilibrio energético de manera natural.
Y lo mismo ocurre cuando has tenido una comida cargada de grasa, de carne, queso, huevos y poquita ensalada. Tu cuerpo te pedirá el postre aunque estés lleno.
Como siempre, te dejo unos consejos para evitar comer equilibrado y no lanzarte al azúcar:
- Haz horarios regulares para comer y dormir.
- Come fresco, de temporada y lo más local posible.
- Come un plato de verdura a la comida y a la cena
- Come verdura verde todos los días
- Haz tus propios postres sin azúcar y preferiblemente veganos.
- Cuida tu mente, medita.
- Mantente activo: sube las escaleras en vez de coger el ascensor, bájate del autobús dos paradas antes, haz ejercicio de peso, estiramientos, baila, pasea al perro, etc..
Otra herramienta muy potente que te ayuda a equilibrar tu energía física, mental y emocional es la meditación acompañada de la respiración consciente. Te ayudará a relajar el sistema nervioso y conectar contigo mismo.
Te dejo aquí un pequeño consejo para empezar y que cualquiera puede hacer. Siéntate con la espalda recta y relajada; respira lenta, suave, profunda y uniformemente por la nariz y relaja la lengua en el paladar. Hazlo sin pausas 5 minutos al día…y verás…
Si necesitas ayuda para empezar con todo esto y saber más sobre cómo equilibrar tu energía, rellena el formulario y empezamos!