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Consigue un peso saludable

¿Cómo tener un peso saludable sin hacer dietas? Y no es con otra “receta milagrosa”

Una alimentación basada en la macrobiótica puede ayudarte a tener el aspecto con el que tal vez siempre has soñado. Con el peso y la piel que te mereces.

Mantener un peso saludable no debería costar tanto. Ni en términos de esfuerzo, ni en términos monetarios.
Porque comer sano es comer fresco, local, de temporada y equilibrado.
Y aunque a veces pueda ser más costoso que lo congelado, da por hecho que te resultará más barato en general.

¿O es que no sabes el precio que tiene tu salud?

Si hablamos de cuánto te cuesta en materia de esfuerzo, te cuento que hay un modo de llegar a tu peso ideal sin mirar la báscula ni contar calorías.
Sí, ese milagro de disfrutar lo que comes y estar lleno de energía mientras bajas o subes de peso (depende de lo que busques), puede ocurrirte.

Y es más sencillo de lo que crees. Sólo necesitas mantener un estilo de vida sano y todo irá pasando lentamente, casi sin que te des cuenta.
¿Qué fácil, no? Te digo un poco más.

Tu objetivo debería ser siempre adquirir unos hábitos de vida saludables. La idea ganadora es combinar una buena alimentación, ejercicio, meditación (sí, es inevitable esta parte en el mundo acelerado y caótico en el que vivimos) y el trabajo interior.

Así debería fluir todo mejor. También tu peso y tu apariencia. Que es lo que estamos buscando.

¿Cuál es tu peso ideal? ¿Hay un peso ideal?


​A principios de 1900, el ideal de belleza era voluptuoso y con caderas grandes. Luego el mundo cambió de idea. Y cuando llegó 1960 lo que se debía ser era una mujer muy delgada sin curvas.
No hay remedio frente a las tendencias. Las modas nos han ido influyendo a lo largo de la historia y no hay más que hacer.

Sólo esto; todo esto: cultivar nuestra autoestima para querernos tal cual somos, con ese rollito en la cintura o ese mollete en el muslo.
Quiérete como eres. Eso es lo primero.
Luego, gracias a ese amor por quién y cómo eres, vendrá entonces lo de cuidar tu cuerpo y alma como el templo que son.
Lo importante es esto: que la finalidad de comerte una lechuga sea siempre el amor a ti mismo. Y no el deber o el temor a la báscula.
¿No crees? Te aseguro que así vendrá el peso saludable como consecuencia.

Si nos miramos al espejo y no nos gusta lo que vemos, pongamos remedio desde el equilibrio.
¿Pesas muy poco y te ves gordo? Busca ayuda para equilibrar eso que tu cerebro ve engañosamente.

¿Tienes sobrepeso por malos hábitos alimenticios? ¿Comes porque estás estresado? ¿Estás deprimido?
Pues también te tengo noticias para eso. Al cerebro se le domestica y se le entrena para que no te pida el donut, el chocolate o la pizza cuando llega esa situación crítica en la que sientes el impulso de comer, de comer demasiado, de comer a cualquier hora, de comer lo que no te sienta bien.

Y no es tan sencillo. Lo entiendo. Porque el cerebro funciona de un modo en el que no quiere gastar energía aprendiendo cosas nuevas. Así que busca hábitos, los instala y luego funciona automáticamente haciendo lo que tú has decidido hacer todo este tiempo.

¿Y qué hacemos ante eso?
Lo más fácil es buscar un nuevo hábito (sano, por favor) que sustituya al viejo. Algo que se cambie por ese comer demasiado y acabe con los atracones de fin de semana o del estrés de por la noche.
Pero claro que esto conlleva disciplina, además de aprender a comer y elegir alimentos sanos, que desinflamen y equilibren el azúcar en la sangre. Así conseguimos que tu sistema nervioso esté más equilibrado y relajado… y te será mucho más fácil hacer ese cambio de hábito.

¿Y qué papel juega la macrobiótica en todo esto? (Porque claro que de eso vine a hablarte).

Cuando comemos equilibradamente acorde a los principios de macrobiótica, la alimentación nos ayuda a que la química de nuestro cerebro​ sea sana, equilibrada y te cueste menos salir de problemas mentales y emocionales.
Todo está relacionado. Porque la alimentación es una gran parte de tu salud y puede ser ese primer gran paso a dar camino a la salud integral.

Aquí te incluyo algunos consejos que te ayudarán a comer mejor sin esfuerzo:

  • Planifica un tiempo de estar en la cocina diariamente.
  • Ten siempre listo un plato de grano como el arroz, un plato de legumbres, un plato de verduras y si eres muy goloso, un postre.
  • Come fresco, de temporada y cuanto más local, mejor.
  • Ten un equipo de cocina básico que te ayude a divertirte en la cocina y no comer siempre los mismos platos: un par de cazuelas, una olla exprés, un procesador-batidora, una sartén, una tabla de picar, un cuchillo grande, un exprimidor y tupperwares de cristal.
  • Si comes en el trabajo, consigue una bolsa térmica eléctrica para llevarte la comida y calentarla y un termo para mantener la bebida caliente.
  • Si necesitas picar algo entre comidas, ten a mano algún fruto seco, fruta o incluso las sobras de la anterior comida son ideales para eso.
  • Haz siempre el mismo horario de comidas.
  • No comas en exceso.

Puedes ir empezando por ahí. Y si necesitas más ayuda, busca el formulario que tienes aquí. Y hablemos.
FORMULARIO

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